Era una noche tranquila, como todas las que pasaba en Hueco Mundo. Acababa de llegar y apenas conocía nada de ese lugar, todo le resultaba muy extraño, hasta aquellas garras que portaba en sus manos, las cuales, había estado varios días dándole vueltas a la cabeza que como era posible que tuviera esas garras colocadas en sus manos, pero tras recapacitar, pensó que serian buenas por si alguien se le acercaba buscando pelea.
"No se que pasa en este lugar, nunca amanece." -Pensaba Kiiro mientras caminaba lentamente por el desierto, observando la explendicidad de aquel lugar, a la vez que su simplicidad.
"Un vasto desierto, un vasto horizonte, un vasto cielo negro, y una brillante luna creciente. Que extrañas casualidades. -seguía con sus pensamientos, paranoicos en muchas de las ocasiones, buscándole una pauta, un índice de relación, buscándole significado a aquello en lo que se había convertido en su "territorio" recientemente.
Sera esto, meramente, un sueño..., será que mi cuerpo necesita soledad, y me lo paga haciéndome soñar con la nada. -continuaba pensando sus locuras, sin parar su paso hacia lo desconocido.
Ya llevaba varios días de caminata, viendo nada más que algunos trozos de hueso en las extensas arenas que pisaba, y muy de vez en cuando. De golpe, Kiiro divisó lo que parecía ser un ser viviente, ya que poseía movimiento, el cual, parecía acercarse con ferocidad hacia él.
"Que coño es aquello que viene tan veloz..., tal vez pueda usar mis garras nuevas, ¡que bien! -pensó mientras ponía una posición defensiva, esperando la llegada de aquel ser.
Cada vez estaba más cerca hasta que lo reconoció, era un simple hollow, sediento de almas, el cual, parecía querer arrebatársela a kiiro, pero el no lo permitiría.
Justo cuando el hollow llegó con su boca abierta Kiiro esquivo, dando una voltereta hacia un lado, de tal forma que dejó al hollow recién llegado desorientado. Esto lo aprovechó Kiiro que ahora tenia al hollow de espaldas buscándolo, para levantarse velozmente del suelo y atacar por las espaldas.
¡Estoy aquí maldito Hollow! -grité para que se diese media vuelta mientras lanzaba mis zarpas a la espalda del enemigo, intentando causar una fuerte herida en él.
Este rápidamente respondió girando su cuerpo en el mismo instante que Kiiro atravesaba con su garra derecha el abdomen del enemigo. Este empezó a gritar fuertemente, pero ni 2 segundos dio Kiiro de margen, y en un movimiento rápido, con su mano libre, lanzó un puñetazo ascendente a la cara del hollow, partiendo la mascara en pedazos, y desintegrándose en un extenso alarido a los pocos segundos.
Que sencillo resultó. -comenté en voz alta, auto convenciéndome de que aquel ser no era ni mucho menos lo más fuerte que se movía en aquel lugar.
Continué mi camino hacia lo desconocido, como si allí nada hubiese ocurrido, pero de poco me serviría. Ya que poco después aparecieron ante mis narices 2 nuevos seres, literalmente sobre mis narices, ya que lo hicieron con un sonido, técnica que aun yo desconocía. De tal manera me asusté, que nuevamente tomé una posición defensiva, con mis puños y garras por delante, y pregunté: -¿Como habéis hecho eso? ¿Quienes sois? -dije con un tono tembloroso y bajo.
-Tranquilo..., solo buscamos al ser que armó un escándalo hace menos de 1 minuto, no seras tu, ¿verdad?. - preguntaron aquellos 2 seres encapuchados, con túnicas celestes y ribetes negros en sus trajes.
"Mierda, ¿habrán notado mi poder mientras destrozaba a ese hollow y me querrán a mi?" -pensé durante un instante y disimulé como si yo también supiera de lo que hablaban.
-No soy el que buscan, yo también lo noté, pero me pareció que su poder iba hacia el norte. -dije mientras observaba tanto sus gestos y movimientos, como aquellas raras vestimentas, intentando obtener información de ellos.
-Chico no nos hagas perder el tiempo. -Dijo uno de ellos, sin saber cual era, y en un breve parpadeo de ojos, me encontré con su presencia a escasos centímetros de mi, aunque eso no me alteró, si en cambio, el frió de su katana recorriendo la suave y templada piel de mi rodilla hacia arriba.
El corte provocado llegó a la cintura, lanzándome unos cuantos metros atrás, cayendo desplomado al suelo. Mi cuerpo se paralizó en ese instante, todos mis músculos se bloquearon, quizás por el miedo o quizás por la herida, mi cabeza quedó en blanco, no podía pensar nada, solo mirar, a aquellos seres, y ver cual seria su próximo movimiento.
"¿Tan corta ha de ser mi estancia en este lugar?" - me preguntaba, despejando así mi mente en blanco, pero siempre mirando con los ojos a mis enemigos, los cuales parecían clavados en ellos.
Cuando de repente, una luz por mis espaldas empezó a brillar, era de un color rojo intenso, no tenia ni idea de que podía ser, pero lo desvelé en segundos. Ya que esta llegó a nuestro territorio, arrasando por completo al ser más cercano a mi.... De repente giré la vista, para mirar al otro que aun permanecía, pero de igual manera como llegaron este ultimo desapareció condenándome allí en el suelo a desangrarme.
Mi cuerpo seguía bloqueado, ahora si, por la herida que tenia en la pierna, no podía girar la cara en la dirección por donde había venido aquella potente luz roja, pero aquel ser que había utilizado dicho poder, no tardó en mostrarse.
Kiiro, debes siempre mantener la guardia alta, este lugar es muy peligroso. -dijo una voz femenina, de la cual solo podía ver sus cabellos negros.
"Como cojo*** sabe mi nombre" -pensé intentando moverme para verla completa, me surgía una curiosidad abrumadora, saber quien era aquella chica que conocía mi nombre. Pero mi cabeza no respondía, y el esfuerzo por moverme era tan grande, que al final, perdí la cabeza quedando desmayado.
Tras un tiempo, empecé a abrir los ojos, y me di cuenta que recuperaba mi movilidad poco a poco. Aguanté unos segundo y me reincorporé, lo primero que me fijé fue que mi pierna estaba vendada.
"Quizás esa chica me curó..., pero, ¿por que motivo?" -pensé mientras intentaba ponerme de pie, lo cual, conseguí sin dificultades.
"Toda mi movilidad a regresado, y todo gracias a esa chica. - seguía pensando en ella constantemente, al fin y al cabo, ella había sido mi salvadora, de no haber llegado seguramente habría terminado muerto. Mi cabeza siguió pensando, y mi cuerpo empezó a andar, mi nuevo propósito, ahora que había descubierto que todos los seres que habitaban en Hueco Mundo no eran depredadores sin ideas, era encontrar a esa chica. Pocas pistas tenia de ella, pero las que tenían eran consistentes, con tan solo su voz y su color de cabello, me propuse encontrarla, y así proseguí mi camino en su búsqueda.