Luego de la pelea con El Gran Tigre
Regresé a mis aposentos sintiéndome cansando. Mia dversario había demostrado cuánto había mejorado en tan poco tiempo y el desconocimiento del límite de sus poderes hizo que mis nervios me consumieran. Al final lo había derrotado y él había escapado, dejando la Sala media destruida. Supongo que la próxima vez que lo vea se lo reclamaré.
Me di cuenta que debería seguir mis cosas mañana, aunque la parte principal, El Número Uno, tendría que esperar unos días dado que tenía una amplia lista de experimentos sencillos y rutinarios, pero que se acumulaban rápidamente dada mi condición de Teniente.
Luego de ducharme y asegurar que las puertas y ventanas estuvieran cerradas y seguras me lancé a la cama como un torpedo, lugar donde cerré los ojos para proseguir mañana con mi vida.
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