- Colores de la trama:
**La historia trascurre en el rukongai, distrito 3, a la edad de 10 años**
Aqui os dejo la leyenda de colores para que entiendan quien habla:
-Habla Shiro.
-Piensa Shiro.
-Hablan Pnj`s.
-**Habla Pnj`s (Jacki).**
-°°Hablan Pnj`s (Wacki).°°
Era temprano..., me levanté lentamente de la cama, y como todos los días, mi primera tarea fue ir a abrir la ventana de mi cuarto, todo lucia oscuro, apenas se diferenciaban siluetas y relieves en el horizonte, ni siquiera las estrellas dejaban verse por esas nubes grises que cubrían el cielo...
"Que noche mas horrible, ¿que hora será...? Quizas las 4 o 5 de la mañana..." -pensé mientras me ponía mis ropajes para salir de casa y dar mi paseo rutinario por el Rukongai.
Antes de dirigirme hacia la calle, pasé por las habitaciones de mis amigos que vivian conmigo, todos dormían placenteramente, así que tomé rumbo hacia la puerta, en el momento que recordé que seria buena idea coger la daga de acero bizantino que mi padre me regaló por mi noveno cumpleaños, así podría entrar un poco la velocidad de mis reflejos, y la técnica de mi autodefensa. La agarré por la empuñadura, nunca antes la había sujetado, y note un peso demasiado elevado para su tamaño...
"Que raro..., parece muy pesada esta daga, sabiendo que la empuñadura es de madera de nogal, y el filo es acero negro, y sabiendo sus medidas, diría que pesa 238 gramos mas de lo normal..." -pensé levemente sin darle más importancia, para seguidamente meterla en la funda que llevaba atada a la cintura.
Abrí la puerta de mi casa con mucha delicadeza, sabia que aun era temprano, y no quería despertar a mis amigos. Salí de la casa y con suavidad cerré la puerta. Ya en la calle, la temperatura era notablemente inferior a la de mi vivienda...
"Diría que aquí hay entre 7 y 10 grados menos que en casa..." -pensé mientra caminaba hacia delante, bajando las escaleras de la entrada de mi casa y me alejaba de ella con un paso relajado.
El cielo se veía por completo nublado, incluso se veía lo que parecía una tormenta en el horizonte. El suelo crujía al pisarlo, la sensación de frió que había en el ambiente estaba fuera de lo normal, tanto que se había congelado el agua del roció de la noche, y sonaba ese característico crujido al pisar el césped. Sin más dilación proseguí mi camino, por el que todas las mañanas daba mi paseo rutinario.
"Que oscuro esta todo..." -pensaba, sabiendo que hoy no encontraría a aquella gente con la que normalmente dialogaba en mi paseo. De igual manera eso no me hizo detenerme y continué andando observando la belleza de la oscuridad la cual no le había mostrado mucho interés.
De repente...
Me detuve..., era un chico bastante observador, pero sobretodo un chico con un gran nivel de escucha. Ya detenido, comencé a agudizar mis oídos, para intentar escuchar lo que primeramente pensé que era un ruido extraño..., tras pocas décimas de segundo después, percibí que el ruido procedía de un ser vivo, por el sonido inconstante e irregular. Seguidamente supe que ese ser poseía 4 extremidades, el ruido leve que producía al caminar decía que era una ser pequeño, de unos 12 a 40 cm de altura, pero aun así no sabia cuan peligroso podía ser ese ser. Así que me puse en un modo defensivo, agarré suavemente mi daga y empecé a andar de forma suave y sutil hacia donde procedía el leve ruido de los paso...
"Esta tras la esquina de esa calle, lo noto, se está acercando..." -pensaba sin detener mi paso. Cada vez lo notaba mas cerca, mis sentidos solo se centraban en ese leve ruido que cada vez le mostraba mas y mas interés.
De pronto...
Aquel ser llegó a la esquina. Mi paso suave se detuvo, y quedé a la espera de que aquel espécimen se mostrara completamente..., mis sentidos permanecían alerta hasta pocos segundos después de que aquel animal se mostrase...
"Maldita sea..." -pensé mientras mis sentidos mermaban su trabajo, y mi cuerpo volvía a un estado de relax rapidamente.
"Es..., un... un gato..., un precioso e inofensivo gato..." -pensé mientras retomaba mi paso hacia él para cogerlo y acariciarlo...
-Misiii... -dije en un tono suave y dulce para intentar que el gato notase mi presencia...
-Miauuu... -respondió el gato girando su cuerpo y dirigiéndose hacia mi con el mismo paso lento y suave con el que venia por la otra calle. Lentamente se acerco a mi hasta llegar a mi pies en los cuales se acariciaba el solo.
Noté que este pequeño gato blanco había pasado la noche en las calles del Rukongai, quizás se escapó de alguna casa de algún vecino, quizás vino de otro distrito mas pobre buscando algo de alimento. Lo que estaba claro es que no lo dejaría rondar ni una noche mas por las calles heladas del Rukongai. Lo cogí y lo apegué a mi pecho, abrazándolo con los 2 brazos para darle algo de calor. A lo cual él respondió acurrucándose y cerrando lo ojos. Supe que estaba a gusto y decidí volver a casa para que no pasase más frió. Cuando de pronto al girarme para volver mis pasos hacia atrás pude ver 2 sobras, que parecían de 2 personas adultas, las cuales me hicieron sobresaltarme, pero más aun cuando en décimas de segundo desaparecieron..., esto me alertó mucho más, consiguiendo desequilibrarme del susto, haciéndome caer al suelo de culo. Esto provocó que aquel gato, el cual acababa de conocer se alterara de igual manera que yo, y sin pensarlo salió corriendo de un salto, a una velocidad sorprendente, el cual perdí de vista en poco tiempo.
Estaba desorientado y algo asustado, así que no pensé madamas que correr hacia casa. Tomé un camino alternativo para volver a casa y en unos minutos llegué a la puerta..., antes de entrar, mire hacia atrás, me di cuenta que el cielo seguía nublado pero estaba todo mas claro, estaba amaneciendo, así que volví la cara, y allí estaban, postrados delante de mi, 2 hombres altos y delgados. Mi cuerpo reaccionó dando un salto hacia atras, haciendo que callese al suelo de culo, aunque en decimas de segundos desenvainé mi daga colacandola con mi mano derecha en posición de defensa delante de mi cuerpo.
-¿Qui..., quienes son? -prengunté asustado, aunque agarrando fuerte mi arma con mi mano derecha. Por desgracia o por suerte, los 2 jovenes no contestaron, de tal forma que me crecí al ver que no se movian del sitio donde aparecieron.
-¿Les comió la lengua el gato...? -comenté ya más tranquilo mientras retomaba la verticalidad, mirando a los jovenes, los cuales ya podia ver con más claridad ya que el amanecer estaba llevandose a cabo.
-**Maldito crio, Soy Jacki..., y tenemos que llevarte con nosotros, ese gato que viste te eligió, y ahora nosotros te elegimos, asi que suelta ese juguete y acompañanos** -comentó Jacki mientras sonreia a Shiro y empezaba a caminar hacia él. Mientras el otro muchacho no se inmutaba y permanecia con una cara seria y impertubable.
Shiro reculó un poco, unos 3 pasos, permaneciendo con su daga por delante de su cuerpo.
"Ese chico, debe tener como un metro y ochenta y cinco centimetros de altura, una puñalada con mi altura podria ser eficaz en el abdomen bajo, en la parte derecha, justo encima de la pelvis." -pensé mientras paraba mi paso hacia atras, permitiendo así al joven que siguiese acercandose a Shiro, hasta que la distancia entre los 2 era la necesaria para dar la puñalada.
-¡Bajaste la guardia maldito! -grité mientras incrustaba la daga en el abdomen bajo del enemigo, el cual dió un alarido por el dolor, echandose hacia atras entre gritos, tras sacar la daga de su cuerpo, la sangre empezaba a recorrer sus ropajes, por su pierna, llegando a gotear al suelo. Mi mente se agilizó, la situación lo requeria, y mis ojos trabajaban al 300%, intentando analizar la situación y anticiparme a cualquier ataque de esas 2 personas por sorpresa.
-°°Dejemonos de tonterias°° -dijo el segundo chico de cara seria e infranqueable, a la vez que chasqueaba sus dedos. Un agujero a otra dimension se habrió delante de mis narices, aquello nubló mi memoria, e hizo que mis ojos se centrasen en aquel agujero que se acababa de abrir allí mismo. Esto lo aprovechó el joven serio, para colocarse a centimetros de mi. Intenté, intuitivamente, rajar su cuerpo con mi daga, pero me fué imposible, cuando me quise dar cuenta, mis manos permanecian tras mi cuerpo, como si estubiesen esposadas, sin posibilidad de moverlas aunque lo intentase.
-Que hiciste, deja de bloquear mis brazos, ¡quitame esto!. -grité y grité, sin posibilidad alguna de liberarme de aquella atadura. Seguidamente el joven al que habia dañado, entró apresurado al agujero, desapareciendo de escena, mi destino, si la cosa no cambia, estaba destinado a ir con esos 2 desconocidos..., en ese momento, volteé mi cara, el sol ya habia salido, y posiblemente, la gente y vecinos del lugar saldrian de sus casas, pero eso nunca pasó, parecia que el lugar estaba abandonado, ni siquiera Gayji, la anciana que vivia 3 casas más allá se habia asomado a su balcón.
-°°Bueno chico, nos vamos.°° -comentó el chico serio, acercandose al agujero que el mismo habia creado, esperando a que Shiro le acompañase..., pero en ese mismo instante, aquel gato que él vio, llegó al lugar donde ellos 2 estaban, Shiro miró al gato al igual que Wacki..., este ultimo abrió sus ojos como sorprendido...
To Be Continued