Era el día de mi llegada al seireitei, había completado las enseñanzas de la academia shinigami, matriculas de honor en tecnicas kidoh, y aprovados raspando en peleas cuerpo a cuerpo y desgaste físico, pero mi habitación me esperaba.
Llegue a la puerta del escuadron y me paré a observar, el edificio era grandioso, una gran obra arquitectónica, echa en su mayoría por madera, todo era fantastico y realmente grande en aquel sitio asi que no lo dudé mas y mi fuí dirección al escuadrón, para conocer a todos mis compañeros y a mi capitan y teniente..