Combate vs ¿?

Se presentó en el dojo de entrenamiento todo esperando que alguien viniera a pelear contra él. Estaba a reventar de gente pero esperaba ese alguien especial con quien medirse. Por un día tenia ganas de probarse y medirse en pelea, cuando lo normal era que aborreciera esas cosas. - Venga, venga - dijo en voz baja mientras empezaba a calentar los brazos con movimientos rotativos.

*Quien quiera pelear simplemente que postee a continuacion una minipresentacion. ¡De hecho puede atacarme el primer turno! ¡Saludos y gracias!

Para su sorpresa, una mujer joven, de no más de veinte años apareció de repente. Se quedó mirándola mientras con sus gestos sacaba un objeto de una maleta de gimnasio, que acabaría en el suelo lanzada por su dueña. Era extrañamente hermosa con una piel blanca y un pelo que lucía igual de pálido. Parecía que le hubiera tirado lejía encima, de lo puro que parecía y lo resplandeciente aparecía. Pero sus ojos rojos destellaban chispas lo que hacía que su figura pareciera más grande de lo que debía ser. Aunque fuera alta seguía quedando por debajo de Alen pero esa mirada le hubiera matado de haber podido. Pero como no podía hizo algo que le sobresaltó. Acumulando energía en el objeto recién sacado de la maleta, pronunció unas palabras. Unas palabras mágicas. Pudo notar como esa mujer no era humana y con una energía de difícil reconocer. Pronto cayó en la cuenta mientras su poder se desarrollaba:

– ¡Wow! ¡Una bount! –

Exclamó con alegría. Aunque ella estuviera enfadada para Alen era una buena noticia. Tendría ocasión de medirse seguramente contra ella. Pues de ese objeto que resultó ser una máscara, apareció un ser bastante grande que recordaba a los dragones pero con algunas diferencias apreciables, como que no tenía extremidades delanteras. Solo tenía alas que a la vez poseían manos con garras. Obviamente podría volar y poseería esa piel dura de los mismos seres mitológicos que según contaban las leyendas tenían. Era impresionante, con su monocromocidad, blanco por arriba casi como la mujer y negro por abajo, como la noche. Estaba claro. Estaba allí por y para pelear contra él.

Sonrió ante ella, para decir. – Gracias, me apetece un buen desafio. Encantado de conocerte, soy Alen Laertes. – Sacó su espada de la vaina, que no hizo sonido alguno. Estaba lista para cortar la carne o al menos intentarlo contra la joven. Se preparó con una pose de esgrima, introductoria. – ¿Puedo saber contra quien peleo? – mientras se lanzaba hacía la joven, evitando a propósito el wyvern quien sería un rival mucho más duro. Literalmente. Así, realizando un shunpo esperaba posicionarse justo en su flanco derecho (des del punto de vista de Alen) para lanzar una estocada en diagonal para cortar desde el hombro al abdomen.

[Ataque - Destreza]

Alen Laertes ha efectuado 15 lanzada(s) de uno d10 :

9 , 1 , 3 , 9 , 4 , 4 , 8 , 10 , 3 , 7 , 7 , 7 , 6 , 5 , 6

Sin inmutarse un ápice pese a su velocidad y la sorpresa del ataque, la joven peliblanca con un chasquido de los dedos hizo aparecer el wyvern justo delante de su posición. Para ser un ser grande se había movido con mucha velocidad, casi comparable a la de Alen. Así, entre la bestia monstruosa en su camino perdió de vista la joven quien, con un simple gestó, se apartó del paso de la katana. Cortó limpiamente el aire vacío que no hizo siquiera un ruido para alentarle a seguir. Inclusive la mujer parecía darle la espalda a propósito pero estaba claro que ahora, con la mascota de por medio, la pelea era contra ella. El turno del contrataque. El turno del rival. Se maldijo a si mismo por haberse precipitado en su euforia, y su sonrisa se volvió solo media.

La presencia espiritual del wyvern le delataba en su espalda. Prontamente notó como algo le aferraba el halito, y este se vaporizaba en una nube. La temperatura había bajado considerablemente. Se giró en el momento para ver como el ala izquierda era de un blanco puro, cristalino. Más que eso, era energía espiritual condensada y al parecer cristalizada. – Oh, vaya. – Alcanzó a decir mientras levantaba la espada para internar repeler con su propia energía espiritual el barrido procedente del ser.

[Concentración - Defensa]

Alen Laertes ha efectuado 20 lanzada(s) de uno d10 :

9 , 6 , 8 , 10 , 4 , 3 , 7 , 10 , 1 , 3 , 8 , 5 , 1 , 10 , 6 , 4 , 9 , 6 , 8 , 5

Resultado Tiradas:

Por el esfuerzo, casi se mordió la lengua de tanto apretar hacia adelante con todo su cuerpo y más importante, con toda su energía espiritual para repeler esa ventisca. Parecía que nunca iba a terminar, que nunca pararía de soplar el viento. Pequeños cristales pasaban por su lado y notaba como la temperatura de su alrededor bajaba tanto que quemaba sus pulmones al respirar. Era maravilloso poder ver un poder en acción. No era tanto sufrirlo. Aguantó el tipo, con la espada cruzada y envuelto en halo propio. Finalmente cesó, cuando el wyven se cansó de soltar energía y la tormenta amainó. Relajó la postura del brazo levantado y observó como a su alrededor, todo el suelo estaba helado. Motitas de lo que parecía hielo o nieve aun flotaban por el ambiente que también estaba sumamente frío. Sin pensárselo dos veces realizó un shunpo para alejarse del wyvern y también de la muchacha.

La pelea se presentaba interesante, mucho más de las que últimamente había tenido. De nuevo volvió a sonreír de oreja a oreja mientras le decía a la joven. – Aun no me has respondido, pero supongo que la premura del combate te lo ha impedido. – su voz era natural, jovial y tan fresca como el ambiente. – ¿O quizás sea tu amigo el que te ha comido la lengua? – dijo en plan bromista mientras posaba la mirada de uno al otro. Sacudió los hombros en señal de que no importaba, pues realmente habría tiempo de sobras en ese sparring. – Aunque no me parece justo que tú puedas pelear con ayuda y yo deba hacerlo solo. Así que deberás perdonarme, pero es mi turno para ser un poco más competitivo. Je. – La energía espiritual empezó a aumentar conforme la acumulaba energía y energía en ambas espadas. La segunda que no había sacado de la vaina, tuvo que cogerla para evitar las sacudidas. – No te preocupes puedes hablar mientras yo estoy en lo mío. – anunció, para que le dejara margen de maniobra.

No era una liberación lenta y cuando tuvo suficiente energía acumulada pasados unos escasos segundos pronuncio el comando pertinente. - De los resquicios un alma errante surge el descontrol. Chaos. – Fue casi un susurro, ligero como una brisa. Apenas audible. Pero era visible. Una luz cegadora se puso sobre ambas, por la acumulación de reiatsu. Durante dos segundos apenas fueron visibles y luego todo cambio. La de su mano derecha, la principal, se alargó en tamaño y aumentó su brillo. El detalle, minúsculo pero cautivador era la empuñadura donde los colores de esta iban cambiando así como los dibujos. La de la izquierda se comportó de forma similar pero su tamaño se encogió para ser ligeramente más pequeña que antes pero más manejable. La presión espiritual también se haría de notar en el ambiente, aunque su rival seguramente la soportaría bien pues parecía un buen combatiente.

Liberación Shikai.

Batalla:

La ola de hielo no le cogió del todo, pero el arco que había calculado resulto ser inferior al real. El frió se coló por su brazo izquierdo generándole un gran dolor. Lo supero para seguir con su movimiento y responder con una ataque de factura shinigami. Un kidoh. Cargando energía espiritual, en su brazo derecho la materializó en forma de una lanza de grandes proporciones. Cuando estuvo lista alcanzó a decir:

- Kidoh 29, lanza injusta. -

Para acto seguido lanzarla con todas sus fuerzas en dirección a la mujer. No era un blanco fácil, montada encima del wyvern.

Ataque - Concentración